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Alondra totovía

Lullula arborea

Foto: Alondra totovía
Descripción del animal
La Alondra totovía, conocida científicamente como Lullula arborea, es un ave pequeña y encantadora que pertenece a la familia de los aláudidos. Este pequeño pájaro, famoso por su canto melodioso y distintivo, se encuentra distribuido ampliamente por Europa y partes de Asia, habitando preferentemente en áreas boscosas abiertas, claros y bordes de bosques, así como en páramos y praderas con árboles dispersos.

Con una longitud de aproximadamente 13 a 15 cm y un peso que oscila entre 15 y 25 gramos, la Alondra totovía es una ave de tamaño modesto. Su plumaje, aunque no es particularmente llamativo, presenta una hermosa mezcla de tonos pardos, grises y beige, con un patrón moteado y rayado que le proporciona un excelente camuflaje en su entorno natural. La parte inferior es más clara, lo que ayuda a distinguirla de otras especies de alondras. Uno de sus rasgos distintivos es una corta cresta en la parte superior de la cabeza, que puede erizar.

El canto de la Alondra totovía es uno de sus rasgos más característicos y admirados. Tiene la particularidad de emitirlo tanto desde el suelo como en vuelo, ascendiendo en espirales antes de lanzarse en picado hacia el suelo, todo mientras canta. Su melodía es dulce, fluida y variada, con una serie de trinos y chirridos que sirven para atraer a la pareja durante la temporada de cría y para delimitar su territorio.

La dieta de la Alondra totovía se compone principalmente de semillas e insectos, adaptándose según la estación del año. Durante el verano, incrementa la ingesta de insectos para satisfacer sus necesidades energéticas y las de sus crías. En invierno, las semillas constituyen la mayor parte de su alimentación.

En cuanto a su reproducción, la Alondra totovía anida en el suelo, construyendo un nido discreto y bien camuflado entre la vegetación baja. La hembra pone entre 3 y 5 huevos, los cuales incuba durante unos 11 a 14 días. Los polluelos, alimentados por ambos padres, abandonan el nido aproximadamente dos semanas después de eclosionar, aunque siguen dependiendo de sus progenitores durante un tiempo.

A pesar de no estar actualmente en peligro crítico de extinción, la Alondra totovía enfrenta amenazas debido a la pérdida de hábitat, la agricultura intensiva y el uso de pesticidas, lo que ha llevado a un declive en sus poblaciones en algunas áreas. La conservación de su hábitat natural es fundamental para asegurar la supervivencia de esta especie, cuyo canto ha inspirado a poetas y músicos a lo largo de la historia.
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