Estado de conservación
Descripción del animal
El Cormorán pigmeo, cuyo nombre científico es Microcarbo pygmaeus, es una fascinante especie de ave acuática que pertenece a la familia Phalacrocoracidae. Esta especie, la más pequeña dentro de su familia, se distribuye principalmente a lo largo de regiones húmedas y acuáticas de Europa oriental, Asia, y África, destacando su presencia en zonas como el delta del Danubio y partes del Medio Oriente.
El Cormorán pigmeo tiene una longitud que oscila entre los 45 y 55 centímetros, y su envergadura alar puede alcanzar hasta los 95 centímetros, características que efectivamente lo posicionan como un miembro diminuto en comparación con otros cormoranes. Su plumaje es mayormente oscuro, con tonos que varían del negro al marrón oscuro, y presenta un brillo verdoso o azulado bajo la luz adecuada. Durante la temporada de cría, los adultos exhiben una pequeña mancha de plumas blancas en las mejillas, añadiendo un distintivo contraste a su apariencia general.
Una de las características más llamativas del Cormorán pigmeo es su habilidad para sumergirse y nadar bajo el agua en busca de alimento. Su dieta se compone principalmente de pequeños peces, que captura con destreza gracias a su cuerpo aerodinámico y patas palmeadas. A menudo, se le puede observar solo o en pequeños grupos, zambulléndose en aguas poco profundas para pescar.
En cuanto a su comportamiento reproductivo, el Cormorán pigmeo es conocido por su tendencia a anidar en colonias, a veces junto a otras especies de aves acuáticas. Construyen sus nidos en árboles o arbustos cercanos al agua, utilizando ramas y vegetación. La hembra suele poner entre 3 y 6 huevos, los cuales son incubados por ambos padres durante aproximadamente 3 a 4 semanas.
A pesar de su adaptabilidad a diferentes hábitats acuáticos, el Cormorán pigmeo enfrenta varias amenazas que ponen en riesgo su supervivencia. La pérdida y degradación de su hábitat natural debido a la actividad humana, como la agricultura intensiva y la construcción de infraestructuras, son algunas de las principales preocupaciones. Además, la contaminación del agua y la pesca excesiva también impactan negativamente en las poblaciones de esta especie.
En la actualidad, el Cormorán pigmeo está clasificado como de preocupación menor por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aunque algunas poblaciones locales pueden estar en declive. La conservación de sus hábitats naturales y la implementación de medidas de protección son esenciales para asegurar la supervivencia a largo plazo de esta interesante y única especie de ave acuática.