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Carabela portuguesa

Physalia physalis

Foto: Carabela portuguesa
Pesos y medidas
Longitud 30 m
Estado de conservación
Intrépido
Descripción del animal
La carabela portuguesa (Physalia physalis), también conocida como fragata portuguesa, es una especie de hidrozoo de la familia Physaliidae. A pesar de su apariencia singular, que a menudo lleva a confusión, no es una verdadera medusa, sino un sifonóforo, un organismo colonial compuesto por muchos individuos especializados llamados zooides. Estos zooides están tan estrechamente integrados que la carabela portuguesa funciona y se ve como un solo organismo.

Una de las características más distintivas de la carabela portuguesa es su flotador en forma de vejiga, que puede elevarse por encima del agua hasta unos 15 cm. Este flotador translúcido y azulado, lleno de gas, actúa como vela, permitiendo que el viento lleve al organismo a través de los océanos. La orientación y la flotabilidad de la carabela pueden ajustarse mediante el inflado o desinflado de su flotador.

Bajo el flotador, se extienden tentáculos largos y delgados, que pueden alcanzar hasta 30 metros de longitud, aunque lo más común es que midan entre 10 y 20 metros. Estos tentáculos están cubiertos de células urticantes llamadas cnidocitos, que la carabela portuguesa utiliza para capturar presas y defenderse de los depredadores. Los cnidocitos inyectan un veneno potente capaz de paralizar pequeños peces y otros organismos marinos, facilitando su ingestión. Para los humanos, el contacto con los tentáculos puede ser extremadamente doloroso y, en casos raros, incluso fatal.

La carabela portuguesa se encuentra comúnmente en aguas cálidas del océano Atlántico, el océano Índico y el Pacífico central. A menudo son arrastradas en grandes números hacia las costas por vientos fuertes, lo que puede provocar problemas para los bañistas y la fauna marina.

A pesar de su apariencia amenazante y su peligrosidad potencial, la carabela portuguesa desempeña un papel importante en su ecosistema. Sirve como fuente de alimento para una variedad de especies, incluyendo la tortuga boba (Caretta caretta), que es inmune a su veneno. Además, sus tentáculos ofrecen refugio a pequeños peces y otros organismos que buscan protección contra los depredadores.

En resumen, la carabela portuguesa es un fascinante ejemplo de la complejidad y la belleza del mundo natural. Su estructura única, estrategias de supervivencia y el papel ecológico que desempeña subrayan la importancia de preservar la biodiversidad marina y entender mejor las criaturas que habitan nuestros océanos.
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